El sistema de movilidad del Gran San Miguel de Tucumán experimentó una transformación estructural durante el último año. El funcionamiento de Uber en Tucumán y otras plataformas digitales dejó la informalidad para ocupar un rol central en el transporte urbano. La entrada en vigencia de las ordenanzas municipales que regularon la actividad marcó el punto de inflexión definitivo. Este fenómeno desplazó tanto al taxi tradicional como al servicio público de pasajeros, sumido en una de sus peores crisis históricas.
Cifras del cambio
Las estimaciones del sector arrojaron datos contundentes sobre la nueva realidad. Más de 3.000 vehículos vinculados a las aplicaciones circularon por el área metropolitana al cierre de 2025. La flota incluyó automóviles particulares y motocicletas, superando la capacidad operativa de los sistemas convencionales. El crecimiento más notorio lo protagonizó Uber Moto, que capturó el 35% del total de los viajes realizados mediante apps. El colapso del tránsito y la caída del poder adquisitivo empujaron a los usuarios a buscar estas alternativas más económicas y ágiles.
La batalla de las tarifas
El precio del traslado se consolidó como el factor determinante para los pasajeros. Un relevamiento comparativo expuso la brecha existente en un trayecto estándar desde Plaza Independencia hasta Yerba Buena. El taxi habilitado cotizó el viaje entre 6.500 y 7.000 pesos. En contrapartida, el servicio de auto de la aplicación ofreció el mismo recorrido por 5.000 pesos con tarifa cerrada. La diferencia fue aún mayor con las motos, cuyo costo descendió a un rango de entre 2.500 y 2.800 pesos. Esto representó un ahorro superior al 60% para el bolsillo del usuario.
Crisis y seguridad
El auge de las plataformas ocurrió en paralelo al deterioro del transporte público. La frecuencia irregular, la falta de inversión y las unidades obsoletas provocaron una migración masiva de pasajeros hacia las apps. Los usuarios valoraron también los estándares de seguridad que ofreció la tecnología. La posibilidad de contar con trazabilidad en tiempo real mediante GPS y seguros de responsabilidad civil incluidos contrastó con las limitaciones del sistema tradicional. El mercado de la movilidad se reordenó definitivamente en función de la eficiencia, el precio y la previsibilidad que demandaron los vecinos de la capital.


