Julio Cordero, uno de los principales impulsores de la iniciativa oficial, salió al cruce de los cuestionamientos recibidos en las últimas horas. En un contexto de tensión política, el secretario de Trabajo defendió la reforma laboral argumentando que el proyecto no elimina derechos adquiridos de los trabajadores. El funcionario negó categóricamente las acusaciones de la oposición y sostuvo que el objetivo central de la ley es atacar la informalidad y generar empleo genuino mediante la modernización del sistema.
Cajas sindicales y litigiosidad
Al analizar el rechazo gremial, Cordero atribuyó la postura de los sindicatos a la defensa de sus propios intereses. Explicó que, durante los períodos de alta inflación, los porcentajes que fluían hacia las cajas sindicales pasaban desapercibidos. Con la estabilidad económica, esos costos se hicieron evidentes. El funcionario afirmó que no se trata de una quita, sino de una regularización de los aportes.
También se refirió a las indemnizaciones. Aseguró que la modificación del artículo 245 tiene un fin aclaratorio para evitar interpretaciones dispares en la justicia. El objetivo fue estandarizar el cálculo excluyendo el aguinaldo para brindar seguridad jurídica. Además, respaldó el traspaso de la justicia laboral a la Ciudad de Buenos Aires para reducir la litigiosidad.
Jornada y vacaciones
Cordero despejó las dudas sobre la carga horaria. Desmintió que la ley extienda el horario obligatorio y explicó que el banco de horas es una herramienta de flexibilidad demandada por la población joven. Este sistema permitirá compensar jornadas a través de la negociación colectiva.
Respecto al descanso anual, confirmó que se habilitó el fraccionamiento de las vacaciones en períodos mínimos de siete días. Según su visión, esta práctica era evitada por los empresarios por temor a multas, pero la nueva normativa la legaliza para beneficio de ambas partes.
El fin de los aportes eternos
Finalmente, el secretario hizo una distinción técnica sobre la ultraactividad. Precisó que las cláusulas normativas, que garantizan derechos, seguirán vigentes automáticamente. Sin embargo, las cláusulas obligacionales, referidas a aportes y fondos extra, caerán si no existe un nuevo acuerdo. Cordero se mostró optimista sobre el tratamiento legislativo, asegurando que la sociedad exige estos cambios.


