Un nuevo informe del Observatorio del Desarrollo Humano de la Universidad Austral reveló cifras preocupantes sobre la prevalencia de los castigos físicos a niños en Argentina. El documento indicó que el 35,4% de los niños argentinos de entre uno y 14 años fue sometido a castigos físicos como método de disciplina. El estudio, difundido en el Día Mundial de la Infancia, advirtió que la violencia sigue arraigada en la crianza.
Los datos mostraron también que el 6,6% de los chicos experimentó formas severas de maltrato, como golpes con objetos. Además, más del 50% sufrió agresiones verbales. En contraste, apenas el 30,6% de los niños recibió métodos de disciplina no violentos, como la explicación o la redirección de conducta.
Las especialistas consultadas explicaron que el contexto social violento y el estrés económico se trasladaron al hogar. Señalaron que la pobreza, la inestabilidad laboral y el hacinamiento aumentaron la probabilidad de respuestas agresivas por parte de los cuidadores. También destacaron la persistencia de una normalización cultural de la violencia como forma de educación.
El informe alertó sobre las consecuencias duraderas en la salud mental. La exposición al estrés tóxico provocó daños en el desarrollo cerebral, aumentando el riesgo de ansiedad, depresión y dificultades cognitivas. Asimismo, la evidencia vinculó el maltrato infantil con un mayor riesgo de conductas suicidas en la adolescencia.
