La crisis del transporte en Tucumán sumó un nuevo capítulo de tensión este lunes. El vicepresidente de AETAT, Jorge Berreta, advirtió que el servicio en la capital llegó a un “momento crítico, extremo, límite”. Las alarmas se encendieron luego de que la línea El Ceibo comenzara con la suspensión rotativa de personal.
Berreta sostuvo que las empresas urbanas atravesaban una crisis económica más severa que las suburbanas. Apuntó contra la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, el poder concedente: “No hemos encontrado respuestas del municipio”. Detalló que los problemas eran la caída de pasajeros (entre 35% y 40%), la imposibilidad de renovar la flota y la “competencia desleal” de Uber y motos.
El dirigente empresarial recordó que plantearon al municipio un cambio en el esquema de financiamiento. Propusieron que el sistema pasara a ser por kilómetro recorrido, como sucede en Córdoba o Salta. En ese modelo, el municipio recaudaría y pagaría a las empresas por el servicio prestado para garantizar la sustentabilidad.
AETAT confirmó una reunión con la UTA para este mediodía. Berreta aclaró que “no hay amenazas ni extorsión”, sino una “cuestión de subsistencia”. Advirtió que, si no había una solución, habría más suspensiones para “cuidar las fuentes de trabajo y evitar un colapso total”.


