Horas después de los emotivos reencuentros, comenzaron a conocerse los escalofriantes testimonios de los rehenes liberados por Hamás. Los 20 israelíes que regresaron de Gaza relataron las dramáticas condiciones que enfrentaron durante sus 738 días de cautiverio, en un entorno marcado por la tortura, el hambre, el aislamiento y la manipulación psicológica constante.
Los relatos exponen un nivel de crueldad extremo. Avinatan Or permaneció completamente solo durante los más de dos años de secuestro, sin contacto con otros cautivos. Sufrió largos períodos de inanición que le hicieron perder casi el 40% de su peso corporal. Otros, como Elkana Bohbot, pasaron la mayor parte del tiempo encadenados en túneles subterráneos, perdiendo por completo la noción del tiempo.
La tortura psicológica fue una herramienta sistemática de los captores. Los hermanos gemelos Gali y Ziv Berman, secuestrados juntos, fueron mantenidos separados en la misma zona sin que ninguno supiera del otro. A Matan Angrest le hicieron creer que sus abuelos, sobrevivientes del Holocausto, habían muerto. A otros los engañaron con falsas promesas de liberación solo para disfrutar de su sufrimiento.
Los especialistas advierten que el camino de recuperación será largo y complejo. La prioridad ahora es devolverles la sensación de autonomía sobre sus vidas, ya que durante el cautiverio perdieron el control hasta de las acciones más básicas. Con todos los rehenes con vida ya en Israel, se espera que en los próximos días sigan saliendo a la luz las dolorosas historias de lo que vivieron en Gaza.