El intento de suicidio de una nena de 9 años en la escuela Roca no fue un hecho aislado. Al contrario, destapó una problemática estructural: aumentan los casos de bullying, crisis emocionales e intentos de suicidio en niñas, niños y adolescentes. Además, el uso intensivo de redes sociales, sin acompañamiento adulto, profundiza los riesgos.
Según datos oficiales del Ministerio de Salud de Tucumán, los pedidos de ayuda a la línea 135, especializada en prevención del suicidio, crecieron un 50% en 2025. Actualmente se reciben más de 30 llamadas diarias. En 2021, esa cifra apenas superaba las diez.
Este dato confirma una tendencia alarmante.
Por otro lado, el entorno digital se convirtió en un factor determinante. Plataformas como TikTok, YouTube o Instagram exponen a chicos muy pequeños a contenido difícil de procesar. “Ellos no filtran. Ven todo como inmediato, real y verdadero”, explicó Irma Thomas, referente del programa de prevención del Siprosa.
El caso de la alumna de la escuela Roca se viralizó tras conocerse una nota escrita por la niña antes del intento:
“Mamá, papá, yo no miento”, decía. Su familia denunció bullying sostenido y falta de respuestas de la escuela.
A raíz de esto, el Ministerio de Educación activó el Gabinete Psicopedagógico Interdisciplinario y presentó una denuncia en la Justicia.
Sin embargo, Carlos Gaspa, funcionario del área, dijo que no había registros formales de acoso. Aunque reconoció conflictos escolares previos, aclaró que eran “propios de la convivencia”.
No obstante, admitió que los protocolos actuales no alcanzan para prevenir situaciones límite.
La psicóloga Silvina Cohen Imach señaló que el bullying deja secuelas graves: baja autoestima, depresión y pensamientos suicidas. En la misma línea, Flavio Garlatti remarcó que muchas víctimas no saben pedir ayuda y ven el suicidio como única salida.
Por eso, el rol de la familia es clave.
“Los padres deben saber qué hacen sus hijos en redes, poner límites y acompañarlos”, insistió Gaspa. Además, pidió más diálogo en casa y en la escuela.
Mientras tanto, la comunidad educativa enfrenta un escenario complejo. La combinación de violencia escolar, sobreexposición digital y falta de contención emocional está generando un quiebre.
El caso de la escuela Roca fue el disparador. Pero hay muchos más.
En consecuencia, especialistas, docentes y familias piden políticas públicas integradas que aborden la salud mental infantil con urgencia.
“Hay que hablar con los chicos antes de que sea tarde”, repitió Thomas.


