El empate de San Martín en La Ciudadela frente a Alvarado no solo lo dejó lejos de la cima de la Primera Nacional, sino que encendió la bronca de los hinchas. La igualdad 0 a 0, en un clima de reproches e insultos, se vivió como una derrota y reflejó el malestar acumulado de una hinchada que exige respuestas urgentes.
Desde el arranque, el ambiente en La Ciudadela fue hostil. Las secuelas del traspié contra Deportivo Madryn todavía dolían y el equipo de Mariano Campodónico saltó al campo en medio de un clima cargado. Con cada pase errado y cada jugada inconexa, los murmullos se convirtieron en insultos. Incluso Darío Sand, que había sido aplaudido en la entrada en calor, recibió abucheos al final.
La presentación local de Campodónico fue muy floja. El entrenador, que asumió tras la salida de Ariel Martos, no logró cambiarle la cara al equipo y fue duramente señalado desde las tribunas. “Campodónico andate, esto ya no da para más”, gritó un hincha con bronca. El cuestionamiento también alcanzó a la dirigencia, señalada por los errores en la conformación del plantel.
San Martín no gana desde el 12 de julio, cuando venció a Los Andes. Desde entonces, la racha negativa lo dejó en el séptimo lugar y al borde de quedar afuera del Reducido. El próximo miércoles, ante Deportivo Maipú, el “Santo” se juega mucho más que tres puntos: pelear por algo o hundirse en la frustración.
La Ciudadela, que solía ser un fortín, hoy es un termómetro del descontento popular. La hinchada reclama actitud, identidad y reacción. El empate con Alvarado confirmó el declive futbolístico de un equipo que, sin rumbo claro, empieza a quedar en deuda con su historia.
