A seis de cada diez argentinos les cuesta llegar a fin de mes, según un relevamiento reciente que expone el deterioro del poder adquisitivo en el país. De acuerdo con el informe, el 65,1% de las personas afirma que su economía personal empeoró en los últimos seis meses.
El dato no sorprende: la inflación acumulada, el estancamiento salarial y el aumento del costo de vida han dejado a muchas familias sin margen. Lo más grave es que cada vez más trabajadores con empleo formal también están dentro de ese grupo, lo que refleja una pérdida estructural del poder de compra.
El informe advierte que el problema ya no se limita a los sectores vulnerables, sino que afecta a toda la clase media. En este contexto, la imposibilidad de cubrir necesidades básicas como alimentos, servicios y vivienda se volvió una constante en millones de hogares.
Además, se remarca que sin una recomposición sostenida de los ingresos, ni el consumo ni la percepción social podrán recuperarse. La crisis del bolsillo es, para muchos, el verdadero termómetro de la situación actual.