La pobreza en Tucumán bajó al 40,8%, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). La caída representa una mejora de 15 puntos porcentuales en comparación con el primer semestre de 2023, cuando el 55,8% de la población del aglomerado urbano del Gran Tucumán se encontraba por debajo de la línea de pobreza. Aun con este descenso, unas 378.000 personas no logran cubrir el costo de la Canasta Básica Total (CBT).
El informe oficial muestra también que la indigencia disminuyó en la provincia, pasando de un 10,1% a un 7,3%. Esto implica que alrededor de 67.000 tucumanos no alcanzan a cubrir siquiera los gastos alimentarios mínimos, un indicador que sigue marcando la vulnerabilidad estructural de amplios sectores.
Para los economistas consultados, la mejora responde a la desaceleración de la inflación y al incremento del salario informal, que es la fuente de ingreso principal para gran parte de la población en situación de pobreza. En particular, se destaca que los ingresos informales crecieron un 80% en el segundo semestre, mientras que la canasta básica subió un 26% en el mismo período.
Sin embargo, advierten que la recuperación es frágil. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) remarcó que la mejora puede revertirse si se desestabiliza el tipo de cambio o si se disparan nuevamente los precios de los alimentos, muy sensibles al dólar. La pobreza estructural, según coinciden los expertos, requiere de políticas sostenidas en el tiempo que aborden empleo, educación, vivienda y salud.