Pedro Luca con sus ya casi 80 años vive en una cueva hace 40 y se convirtió en el verdadero hombre de las cavernas.
Pedro vive sin luz, no tiene agua o gas y menos un teléfono. Su casa, un agujero inmenso dentro de una montaña de la localidad de San Pedro de Colalao, a 95 kilómetros de San Miguel de Tucumán, tiene todo lo que necesita: una radio que apenas localiza una emisora, una cama que armó con ropa abultada y una cascada a menos de 100 metros. La zona está repleta de vertientes naturales y hay al menos 15 grutas más.

El hombre reveló que para instalarse despejó el lugar con fuego para ahuyentar a los pumas y a los bichos que ocupaban la caverna. Sus días, que arrancan al alba, son muy simples. Al mediodía suele usar su escopeta para cazar o camina tres horas hasta la ciudad para abastecerse de algún producto. Por las tardes, espera a los turistas que lo visitan para conocer su historia.

También se alimenta de su huerta de lechuga, tomate y papas. Para cuidar a sus vacas y gallinas, decidió no tener mascotas. Aunque algunos conocidos quisieron regalarle perros y gatos, priorizó la seguridad de sus compañeras de todos los días.

El sobrino de Pedro, Juan Mamaní, lo asiste con frecuencia. Fue él quien le contó a este portal que su tío es huérfano y que desde chico siempre quiso vivir solo, sin molestar a nadie. Y ahora sus casi 80 años no le pesan. Su estado de salud está intacto tanto como su sentido del humor.
Fuente: TN


